Inicialmente la DMAE no presenta ningún síntoma, de ahí la importancia de la exploración de la retina para un diagnóstico precoz. Según avanza la enfermedad, los principales síntomas que presentan las personas con DMAE son:
- Disminución de la agudeza visual (AV) de manera progresiva o súbita, que no mejora con corrección óptica (gafas).
- Visión borrosa en el centro del campo visual, y pérdida parcheada de la visión con zonas oscuras o vacías (escotomas), que progresivamente puede llevar a una pérdida total de la visión central.
- Deformidad de las imágenes y de las líneas rectas (metamorfopsias), o de una alteración en la percepción del tamaño de las cosas (micropsias o macropsias), lo que provoca que la estimación de las alturas y las distancias esté alterada.
- Dificultad para realizar actividades de la vida diaria, tales como: conducir, cruzar la calle, dar la vuelta a una esquina, bajar escaleras, reconocer las caras de las personas, leer, escribir, ver la televisión o reconocer las monedas, entre otras.
- En los pacientes que sufren DMAE, no es frecuente la pérdida total de la visión, ya que la retina periférica no suele estar afectada, facilitando actividades como la deambulación.