La Optometría, como cualquier profesión, tiene especialidades.
La Optometría, como cualquier profesión, tiene especialidades. La Optometría pediátrica es una especialidad importante, ya que valora a pacientes entre los 0 años hasta los 16 aproximadamente, con el sistema visual en desarrollo, es decir, susceptible de poderse modificar para obtener una función visual adecuada.
La etapa crítica del desarrollo visual se produce entre el nacimiento y los 2 años. En esta etapa el sistema visual del niño intenta evolucionar hacia la emetropía (que significa que no hay defecto refractivo) y si no lo logra, aparecen anomalías funcionales, como hipermetropía, astigmatismo, miopía, ambliopía, estrabismos, etc., que hay que solucionar entre los 3 y los 8 años, que es cuando se cierra la mayor parte del desarrollo visual.
Posteriormente se puede intentar modificar el sistema, pero la plasticidad en el cambio es menor, ya que el cerebro ha hecho una serie de adaptaciones sensoriales para adaptarse a las anomalías no solucionadas.
El optometrista pediátrico puede tratar estas anomalías con todo tipo de lentes y/o terapia visual, para revertir el proceso anómalo a efectivo, y lograr un desarrollo visual normal evitando en muchas ocasiones, por ejemplo, el fracaso escolar, entre otros problemas. La labor del optometrista pediátrico por tanto es vital para la buena salud visual de los niños y para la sociedad en general, ya que un niño funcionalmente sano visualmente, lo es también de adulto.