El optometrista se encarga de tratar disfunciones oculares no patológicas, con el fin de obtener el máximo rendimiento visual funcional posible. En el momento en que éste profesional detecta la patología ocular, el optometrista remite al oftalmólogo, que es el encargado de verificar la patología y tratarla.
La sinergia de los dos profesionales es vital para conseguir, consecuentemente, un ojo sano y funcionalmente eficaz.
La Optometría se inlcluye en el área de las Ciencias de la Salud, y la Oftalmología pertenece al área de la medicina.