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Ortoqueratología y cómo mejorar tu visión mientras duermes

Toda aquella persona que sufre problemas de visión conoce los inconvenientes que supone ser dependiente de gafas o lentillas. Una solución podría ser la cirugía, pero no todo el mundo está dispuesto a pasar por quirófano y no es recomendable en todos los casos, ¿qué soluciones existen entonces?

Las lentillas y la cirugía han supuesto grandes mejoras en materia de salud visual, tanto la investigación como los avances en el campo de la optometría y la oftalmología han hecho posible que haya surgido una tercera opción como es la ortoqueratología (más comúnmente conocida como Orto K). Un tratamiento que combina eficacia y reversibilidad para corregir la miopía, la hipermetropía y el astigmatismo.

Las lentillas Orto K se usan, con excelentes resultados, exclusivamente para dormir. Durante la noche, el epitelio corneal, la capa más superficial de la córnea, adquiere suavemente la forma de la lente. Un cambio de características muy reducido que no se nota ni causa ningún tipo de molestias. Así, cuando el paciente se despierta y retira las lentes, su ojo se ha adaptado perfectamente a la nueva curvatura y puede disfrutar de una visión completamente normal durante todo el día.

La principal diferencia con las lentillas convencionales es que se utilizan únicamente de noche, las lentes Orto K están hechas de materiales permeables a los gases y permiten que la cornea esté convenientemente oxigenada, evitando así los inconvenientes de las lentillas convencionales.

Orto K corrige la miopía (de 0,5 a 7 dioptrías), la hipermetropía (de 0,5 a 4 dioptrías), el astigmatismo (de 0,5 a 5 dioptrías) y la presbicia. Las lentes Orto K han logrado grandes resultados en adultos, pero donde se ha logrado una mayor eficacia es con niños y adolescentes, ya que su uso ralentiza el crecimiento de la miopía, siendo el periodo entre los 6 y 17 años el momento en que esta puede aumentar más, pero también en el que se puede frenar su crecimiento.

El problema de la miopía no radica en usar o no usar gafas, se debe a un crecimiento excesivo del ojo. Una miopía que no se controla puede llegar hasta las 6 dioptrías, lo que supone un aumento de las posibilidades de padecer glaucoma o desprendimiento de retina entre otras afecciones.

Por esa razón, es importante tratar este tema desde bien pequeños y evitar males mayores en la salud visual del menor y en su correspondiente aprendizaje escolar. Para ello, es fundamental realizar revisiones oftalmológicas periódicas. Este hábito, que es común por ejemplo en el campo de la salud dental, no lo es en un aspecto tan crítico y sensible como la salud visual (uno de cada dos niños que necesitan gafas no las usan por desconocimiento de sus padres). Y cuando aparece la miopía, Orto K proporciona el único método no farmacológico para frenarla con un sistema que permite la supervisión parental y que, al usarse sólo en el entorno doméstico, pueden integrarse en la rutina habitual, tan fácilmente como lavarse los dientes.

No tener que usar ningún sistema de corrección de la visión durante todo el día es una gran ventaja. Por la comodidad de llevar una vida activa sin restricciones, para ejercer una profesión en ambientes de polvo, así como por el aspecto estético. En estos casos, solo existen dos opciones: Orto K o la cirugía.

 

Julio Moreno, DOO.

Asociado 691

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