Nuestra córnea está formada por una red de colágeno encargada de mantener su forma y proteger la superficie ocular y garantizar una correcta visión, la cual puede ser alterada por la acción de frotarse continuamente los ojos debilitando esta red de colágeno produciendo roturas que pueden dar lugar a una deformidad patológica conocida como ectasia corneal en las que se incluye el queratocono.
Actualmente con la aparición de las nuevas tecnologías (tabletas, móviles, ordenadores,…), al uso cada día más extendido de lentes de contacto sin adaptación individualizada,… se está incrementando el número de pacientes con alteraciones oculares. Todo ello sumado a que en ciertas épocas del año debido a los cambios estacionales, la polinización y la acción de algunos agentes externos, las alergias afectan también a los ojos, produciendo más casos de pacientes frotadores de ojos.
Existen diferentes tipos de alergias oculares, en todas, el picor se convierte en el síntoma más destacado, que puede ir acompañado de sensación de quemazón, irritación e hinchazón de párpados, enrojecimiento, sensación de cuerpo extraño o “arenilla”, lagrimeo y secreciones. También pueden sumarse otros síntomas de alergia nasales (estornudos, obstrucción y secreción acuosa), bronquiales (asma) o de la piel (dermatitis).
Como podemos prevenirlo:
Como profesionales Sanitarios, los ópticos-optometristas, debemos aconsejar un cuidado meticuloso en aquellos pacientes que presenten síntomas de alergias oculares:
- En primer lugar intentar evitar el contacto con el alérgeno, si no es posible tener especial cuidado en limpieza (manos, cara, ropa, …)
- Usar gafas para proteger la superficie ocular, así como productos de higiene y limpieza ocular.
- Utilizar humidificadores, especialmente cuando pasamos horas frente a pantallas.
- Utilizar gafas de buceo, sobretodo en piscinas públicas.
- En caso de usar lentes de contacto seguir todas las instrucciones de mantenimiento y limpieza indicados por su Óptico optometrista.
- Evitar frotar los ojos.
Como podemos tratarlo:
En el caso de las conjuntivitis alérgicas suelen remitir por sí solas cuando se elimina el contacto con el alérgeno, pudiendo aliviar los síntomas con compresas frías, lavados con suero fisiológico frio... Si persiste la alergia, se debe recurrir a los fármacos, los antihistamínicos pueden responder bien, y en algunos casos, pueden prescribirse fármacos tópicos para reducir la inflamación, siempre bajo la supervisión de un médico Oftalmólogo. Evitar la automedicación es muy importante, especialmente cuando se indican corticoides por profesionales no especializados, ya que su mala administración puede conllevar graves problemas como glaucoma.
Esteban Caravaca, PhD, MSc
Asociado nº 644