La aparición de pupila blanca en la infancia constituye una urgencia oftalmológica, sobre todo para hacer un buen diagnóstico diferencial y descartar un retinoblastoma, que se trata de un tumor intraocular maligno que se presenta aproximadamente en el 50% de los casos de leucocoria infantil. Suele aparecer alrededor de los 18 meses de edad y solo en el 20 % de los casos se suele manifestar de manera bilateral, es decir, aparece en los dos ojos.
El resto de leucocorias infantiles tiene otras implicaciones clínicas pero no compromete la vida del infante.
La detección de la leucocoria infantil en la actualidad es muy sencilla, simplemente la fotografía con un teléfono móvil con flash nos puede dar casi la certeza de su existencia. En este sentido, tanto optometristas, oftalmólogos, pediatras como educadores, deberían desarrollar la labor pedagógica de informar a los padres de la remisión a un especialista de la salud visual de forma inmediata, si se detecta una pupila blanca al realizar una foto con flash. Desafortunadamente no es la primera vez que le ha costado la vida a un niño por desconocer este hecho y no actuar a tiempo teniendo la prueba de forma reiterada.