La blefaritis es una inflamación o infección de los párpados. Suele afectar al borde palpebral, a la base de las pestañas y/o a las glándulas de Meibomio (glándulas secretoras de aceite que se encuentran en nuestros párpados). Inicialmente la blefaritis solo afecta a los párpados, pero puede degenerar en problemas temporales como orzuelos, irritación y sequedad ocular. Posteriormente puede derivar en problemas irreversibles, como sequedad ocular crónica y disfunción de las glándulas de Meibomio.
Se suele manifestar como un enrojecimiento de los bordes del párpado, hinchazón palpebral, pesadez de párpados, picor, dolor, sensación de arenilla, legañas o caspa en las pestañas.
La causa más frecuente es la proliferación de bacterias ajenas a nuestra flora bacteriana, que se acumulan en la base de las pestañas, y se crea una película de residuos que atrae a más bacterias, ácaros y obstruye la salida del aceite natural que lubrica nuestro ojo producido por las glándulas de Meibomio.
Para prevenir la aparición de la blefaritis, la recomendación es tener una buena limpieza diaria de los párpados (en la ducha, al lavarnos la cara, cuando nos desmaquillamos …)
Dependiendo del grado de blefaritis, años que convive con el problema y gravedad de los síntomas, existen varios tratamientos. El tratamiento más básico es mantener alejadas las bacterias y su biopelícula de nuestros ojos con la higiene palpebral diaria, calor focalizado en los párpados, pomadas antibióticas/antiinflamatorias, desbridamiento mecánico de la biopelícula, termoterapia palpebral intensiva mediante la limpieza manual de las glándulas de Meibomio, luz pulsada IPL que trata de regenerar la producción adecuada de aceite y recuperar la normalidad.