Dependiendo de la que causa el ojo vago, los síntomas pueden ser: visión borrosa, dolor de cabeza, visión doble, tortícolis oculares, ojo rojo, guiñar un ojo, parpadear en exceso, o lo que es peor y más frecuente, pueden pasar inadvertidos.
Es crucial detectar la ambliopía lo más precozmente posible, ya que cuanto antes se diagnostique, menos profunda será y más fácil de revertir. Es por eso que las revisiones hay que realizarlas de forma periódica, en el período del desarrollo visual, que abarca desde el nacimiento hasta los 9 años.
La ambliopía se diagnostica haciendo una exploración visual completa por parte del optometrista u oftalmólogo, a edades tempranas del desarrollo visual. El optometrista está especialmente cualificado para detectar los signos que pueden derivar en ojo perezoso.