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La microperimetría (perimetría de fondo) es una técnica innovadora de diagnóstico que nace para superar las limitaciones de la técnica tradicional

Reciben el nombre de campimetrías o perimetría aquellas pruebas destinadas a la evolución del campo visual del paciente. Todas ellas comparten un denominador común, que es la presentación de un estímulo en distintos puntos del campo visual del paciente mientras este permanece con la mirada fija en un punto.

Las técnicas más antiguas, las cuales recibían el nombre de campimetrías cinéticas, consistían en mover un objeto, ya fuese una mano o un puntero, en diferentes posiciones hasta que este era percibido o dejado de percibir.

En cambio, las técnicas más modernas incorporan una cúpula con fondos constantemente iluminada donde el estímulo se presenta con distintas intensidades hasta que es percibido. A estas técnicas, denominadas estáticas, se les llama “de umbrales” porque lo que en realidad miden son umbrales o límites de detección.

Históricamente, los campos visuales fueron generalmente medidos utilizando técnicas manuales tales como confrontación, una pantalla tangente, cartas de Amsler o el perímetro de Goldmann. Sin embargo, los perímetros automatizados o computarizados, como el Humphrey, Octtups, Oculus y Dicon, analizadores del campo visual, son utilizados. Aunque estos sistemas están muy bien establecidos para condiciones tales como el glaucoma, se ha demostrado que son fiables y repetibles, aunque se detectaron problemas significativos al medir los campos visuales en las personas con pérdida del campo visual central con estos instrumentos. La forma más precisa para medir los campos visuales en personas con pérdida de visión central es realizar la prueba de campo visual y, al mismo tiempo, la observación de la retina. Esto se consiguió con la perimetría de fondo, que permite saber al operador en qué punto de la retina se presenta cada estímulo. Esta técnica puede corregir tanto la fijación no central como la fijación inestable.

En relación a ello, es ampliamente reconocido que las pruebas de evaluación clínicas convencionales de la visión, como la agudeza visual, siguen siendo las herramientas de evaluación estándar para medir la función visual, como la máxima agudeza visual de alto contraste y la visión de color, pero subestiman el nivel real de la discapacidad visual, sobre todo en pacientes con enfermedad macular y los de edad avanzada. La sensibilidad al contraste y las pruebas de velocidad de lectura se emplean a menudo para evaluar la recuperación de la función visual en un individuo después de una intervención.

Los exámenes de perimetría y microperimetría permiten generar un mapa de la sensibilidad de la retina, verificando la capacidad del paciente de ver estímulos luminosos de diferente intensidad en varias posiciones de la región de la retina examinada.

la Imagen de arriba corresponde a un paciente de 48 años con -18.00 D muestra  mapa de sensibilidad retiniana con  escotoma absoluto en área de atrofia coriorretiniana (ojo derecho).

En la perimetría clásica, las áreas de la retina estimuladas son identificadas por sus posiciones geométricas con respecto a la zona de fijación del paciente. Esta tipología de examen no permite obtener un mapa de sensibilidad relacionada con la imagen del fundus del paciente. No existiendo una observación directa de la retina no es posible conocer con detalle las posiciones donde son proyectados los estímulos.

La microperimetría es una técnica innovadora de diagnóstico que nace para superar las limitaciones de la técnica tradicional. El mapa de sensibilidad es generado observando de forma continua el fondo ocular del paciente bajo examen, proyectando los estímulos en las posiciones de la retina seleccionadas por el operador. Las aplicaciones clínicas de la microperimetría pueden resumirse como sigue:

  • Degeneración macular asociada a la edad avanzada (DMAE atrófica y neovascular): detección de la localización y estabilidad de la fijación (foveal y extrafoveal); cuantificación de las características del escotoma; cuantificación longitudinal del impacto funcional de cualquier tratamiento (médico, láser o quirúrgico) en localizaciones retinianas específicas.
  •  DMAE temprana: evaluación del deterioro funcional en lesiones maculares discretas a lo largo de la historia natural o tras tratamiento.
  • Edema macular diabético: evaluación del impacto funcional de los diferentes grados de edema macular; comparación de los valores funcionales con los datos de la OCT; evaluación de los efectos de las diferentes modalidades del tratamiento láser  en la función macular.
  • Trastornos de la interfase vítreorretiniana: comparación de la función macular con los datos de la OCT; valor pronóstico de los datos de la microperimetría frente a los resultados de la cirugía vítreorretiniana.
  • Pacientes con baja visión: cuantificación de la localización y estabilidad de la fijación; planificación del programa de rehabilitación visual y evaluación de los resultados.
  • Reeducación a través de biofeedback: la primera fase consiste en la ejecución de una microperimetría. Posteriormente, se realizan una serie de sesiones para estabilizar la nueva fijación en el tiempo, con una consiguiente mejora tanto en la capacidad y la velocidad de lectura como en la seguridad en la realización de las actividades diarias. A continuación, el paciente debe reconocer estímulos de luz de intensidad variable utilizando un botón.
  • En la búsqueda del PRL en las que el paciente, guiado por un estímulo sonoro y visual, aprende a reconocer y utilizar al máximo su PRL.

La perimetría de fondo es la única manera fiable para realizar la evaluación del campo visual en personas con fijación no central o inestable debido a la enfermedad macular. Esta técnica es cada vez más utilizada en los ensayos clínicos, en la investigación y en la práctica clínica.

Es por ello que será de particular beneficio en la detección de otras patologías en personas con pérdida del campo central, por ejemplo, la pérdida del campo neurológico o glaucomatoso puede que no se detecte en personas con muy mala fijación y poco fiables en campos visuales convencionales.

Por otro lado, una variedad de diferentes instrumentos están actualmente disponibles para la microperimetría, todos ellos tienen debilidades y puntos fuertes. Se espera que se superarán algunas de las limitaciones de los dispositivos disponibles actuales.

 

Dr Ahmad Zaben  

Asociado 36 (Junta Directiva, Asociación Española de Optometristas Unidos)

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